En el número anterior hablamos de las funciones tonales y vimos que son las tres regiones armónicas de la tonalidad, sus diferencias son los grados de tensión y estabilidad que cada una tiene, también mencioné que las funciones son:
Tónica, mayor estabilidad y menor tensión,
Subdominante, mayor inestabilidad o tensión
y Subdominante, que es un estado intermedio entre la “tónica” y la “dominante”.
Pues bien, hemos llegado al punto en el que hablaremos de nuestro primer tema directamente relacionado con la improvisación en el jazz, la famosa cadencia perfecta, el II – V . I (dos, cinco, uno).
En la música tradicional la cadencia completa está formada por el cuarto grado (subdominante) el quinto grado (dominante) y el primer grado (tónica) IV – V – I que, como vimos antes, son los grados básicos de la funciones tonales. Sin entrar en detalles diremos que en la cadencia completa el movimiento del bajo, o movimiento fundamental, entre el grado IV y V es de una segunda y, entre el grado V y I, es de cuarta, una ascendente o quinta descendente. En do mayor esto sería así:
Ejemplo # 1
Nota: en el ejemplo anterior los acordes se mueven de manera paralela y en posición cerrada, para que sea más claro el planteamiento.
Como podemos ver el bajo se mueve una segunda ascendente y luego una quinta descendente. El primer movimiento fundamental es débil y el segundo es fuerte. Les recomiendo sonar al piano la progresión para “sentir” lo que les comento.
Si recuerdan, en el número anterior, vimos que todos los acordes que resultan de armonizar la escala mayor se relacionan con alguna de las tres funciones tonales de la siguiente manera:
Tónica: I, III y VI
Subdominante: IV y II
Dominante: V y VII
Y mencioné que se pueden intercambiar entre si. Esto significa que para aumentar la fuerza en el movimiento del bajo podemos cambiar el grado IV por el II y obtendríamos un movimiento del bajo igual de fuerte ente ambos movimientos:
Ejemplo # 2
La progresión II – V -I se puede considerar como la base armónica de el jazz tradicional. Es importante decir que existen básicamente dos progresiones II – V – I,
La mayor:
IIm7 – V7 – Imaj7
Y la menor:
IIm7b5 – V7b9 – Im7
Un aspecto fundamental para comprender la mecánica de la armonía del jazz es saber que se pueden combinar entre si la progresión II – V – I mayor y menor sin restricciones, por ejemplo:
IIm7 – V7b9 – IMaj7
II m7b5 V7b9 IMaj7
De esta forma somos libres de hacer todos lo intercambios posibles entre los grados de ambas progresiones.
Una forma muy práctica de analizar un tema de jazz (no la única) es interpretar todos los acordes del mismo como si fueran II, V o I según su estructura básica, es decir, un acorde m7 puede ser II de mayor o I de menor, un acorde 7 o 7b9 siempre será V y un acorde Maj7 se toma como I . Claro que, como en todo, tenemos una excepción, cuando un acorde mayor o menor está relacionado por una cuarta ascendente o quinta descendente por otro acorde de su mismo tipo, el segundo acorde se toma como cuarto grado IV, por ejemplo:
Cm7 – Fm7, sería, Im7 – IVm7 (como en Blue Bossa)
Cmaj7 – FMaj7, sería, IMaj7 – IVMaj7 (como Alice in wonderland)
De esta manera, con la excepción de las relaciones con el cuarto grado, todos los acordes de un tema de jazz los tomaremos como II, V o I.
Otro tema muy importante es que la estructura de un acorde básico para nosotros tendrá que ser el primero el tercero y el séptimo grado: CMaj7, do, mi y si. La razón de esto es que, tanto las quintas como las extensiones o tensiones, podremos escogerlas según nuestra elección del color armónico, tomando como fijos el primero, tercero y quinto grado de un acorde, las demás notas pueden ser elegidas de las escalas acorde derivadas de las tres escalas básicas, la natural, la armónica y la melódica, es decir, de nuestros veintiúna escalas modales pero ese será nuestro próximo tema.